top of page
JUGANDO
SIN PARAR

Jugando descubrimos,
observamos y
analizamos el mundo que nos rodea.
Jugando ganamos y perdemos.
Somos uno mismo, y a la vez muchos otros distintos.
Hacemos que nada sea lo que parece ser.
O hacemos más evidente lo que ya es.
Jugando aprendemos a respetar los límites,
a desafiarlos y
a reescribirlos.
Jugando las emociones surgen espontáneamente,
pasando de una a otra,
sin censura.
Con las interacciones
y la experimentación que el juego nos proporciona,
aprendemos a hacer, a comportarnos y a ser.
Jugando nos desarrollamos.
Jugando en gerundio, ya que es un tiempo relativo.
Que empezó y nunca está dispuesto a terminar.
Jugando por y para siempre.
bottom of page